La ética como ciencia abarca toda la conducta humana, y está formada por valores. Esta es la razón por lo que la formación universitaria debe ser pionera en la puesta en práctica de los valores profesionales, ya que la educación se basa en principios humanos en relaciones interpersonales.
Por esta razón, fundamento este artículo del trabajo académico presentado por los profesores: Pilar Casares, Gabriel Carmona y Francisco Martínez de la Universidad de Granada (España).
La Universidad de Granada empieza un estudio desde el 2010 para analizar la aplicación de los valores profesionales en la formación universitaria, movida a que una de las funciones esenciales de la universidad es la capacitación profesional, y el ejercicio correcto de una profesión requiere no sólo el dominio de competencias técnicas, sino también el desarrollo de valores éticos. Para adecuarse a las necesidades de la sociedad y a las de los alumnos, así como a las demandas del empresariado y a sus criterios de empleablidad, la formación universitaria ha de ofrecer un modelo de desarrollo integral que, junto a las competencias técnicas y cognitivas, contemple, de forma planificada, el crecimiento personal y moral.
Es sin duda una invitación a otras universidades a que profundicen un tema que se encuentra actualmente en profunda crisis. En la actualidad los sistemas universitarios están siendo sometidos a profundos cambios, y puesto que entre las funciones de la educación superior se encuentra la capacitación para el ejercicio de actividades profesionales, es ineludible revisar los aspectos de la formación profesional y las herramientas éticas que las universidades han de proporcionar.
El trabajo emprendido en la Universidad de Granada invita a defender la necesidad de una capacitación científico–técnica, pero no exclusivamente intelectual y tecnicista sino que sea fuente de crecimiento personal, de satisfacción para las empresas y de progreso social, más allá de la mera productividad y del rendimiento económico; ambos imprescindibles, pero insuficientes desde un punto de vista humanizador.
Para lograr una formación universitaria humanizadora, la Universidad de Granada porpone tres tareas:
1- Mostrar que el trabajo, como fuente de desarrollo personal, no sólo requiere desarrollo de capacidades científicas y técnicas, sino también éticas.
2- Fundamentar, de modo teórico, las necesidades y demandas sociales de ética profesional.
3- Mostrar que la preparación para el mundo laboral implica competencias éticas que contribuyan a la madurez moral.
Los valores son un trabajo permanente de todos.